Conectado al corazón de Dios
Alineado al corazón de Dios
La posición que Dios quiere es una posición de alineación con Él, de tal manera, que nuestro corazón esté alineado al suyo. Esta es la posición que todos necesitamos, un corazón alineado al corazón de Dios, para que nuestro clamor sea firme y específico, y sea escuchado por Él. Que cuando clamemos llegue directo al Padre, porque sea un clamor sano y limpio como lo es Dios. Porque cuando estamos en este estado, de un corazón alineado a Dios, nuestros deseos son puros y limpios como los del Padre. O sea, que nuestro clamor será de acuerdo a los deseos de Dios.
¿Cómo se alinea nuestro corazón al corazón de Dios? ¿Cómo puede ser cambiado nuestro corazón y ser como el de Dios? Lo primero que tenemos que hacer es reconocer que no estamos bien delante del Padre. Reconocer que estamos caminando en caminos incorrectos, y no en los caminos de Él. Luego nos tenemos que humillar y arrepentir, y pedir perdón delante del Padre. Al hacerlo, esto hará que Dios ponga la mirada en nosotros y nos preste atención; porque ya no haremos lo que antes hacíamos, sino que haremos lo que sea de su agrado.
Con esta actitud de reconocimiento de nuestra condición, y que la misma nos lleva a humillarnos y arrepentirnos delante de Dios; nuestros corazones serán alineados al corazón de Dios. Cuando estamos alineados al corazón de Dios, por ende, a su voluntad, y cuando esto sucede tenemos una linda relación con Dios, y una muy buena comunicación con Él. ¡Qué linda posición! Es la que todos necesitamos, en la que haya una comunión íntima entre nosotros y el Padre. Una que todo lo que pidamos o deseemos sea de acuerdo al cielo y al corazón de Dios.
Si tenemos un corazón alineado al corazón de Dios, el mundo nos podrá tratar de esconder, pero ahí Dios nos ve, nos ensalza y nos bendice, de acuerdo a lo que Él es. No hay forma de que Dios no nos vea, Él siempre nos responderá. No hay forma de que Dios no nos levante; es que estamos alineados a Él. Es que hay una conexión directa con el cielo. Es que hay una comunión íntima entre nosotros y Dios.
No se trata de lo que el mundo diga o haga, se trata de que tú tienes una relación con el Padre que todo lo puede. Pero debemos permanecer conectados al cielo, porque cuando hay alguien conectado al cielo, el mismo cielo se manifiesta, y ese poder se hace visible donde se encuentre aquel que es uno con él.
Y mira con quienes Dios tiene comunión íntima:
Salmos 25-14
La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.
Dios tiene comunión íntima con los que le temen, y a ellos da a conocer su pacto. David estaba escondido, no lo presentaron en el momento de la unción, a él no lo prepararon como a los demás hijos; pero Dios lo vio y lo mandó a buscar. Él lo sacó de aquel lugar; porque no importa la posición que el mundo nos dé, si estamos alineados a Dios, las órdenes las da Él sobre nosotros, no el hombre.
1 Samuel 16:11
Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.
Esto pasó con David, que sin que nadie lo presentará Dios lo mandó a buscar, porque él se mantenía en comunión con el Padre, y alineado al Padre. Nadie pudo impedir que Dios lo viera, porque aun en ese lugar, quizás lejos de todo, él se mantenía conectado con Dios.
Conectado al Padre
Cuando Ana fue a Dios, ella le entregó todo a Él, no se quedó con nada de lo que tenía, sino que todo se lo entregó y conectó con Él. Ana estaba triste y angustiada, pero después de su tiempo de oración; dice la palabra, que Ana recibió lo que le pidió a Dios. Ana clamó con tanto fervor, que recibió inmediatamente en su espíritu lo que pidió a Dios. No fue físicamente en ese momento que Ana lo recibió, pero en el espíritu sí; por esta razón Ana no lloró más.
1 Samuel 1:18
Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.
Esta es la posición que Dios quiere para su pueblo, una posición de dependencia, que siempre vayamos a Él, y que cuando vayamos, le entreguemos todo lo que somos como lo hizo Ana. Porque si le entregamos lo que tenemos a Dios, Él nos llena de todo lo que es Él; y cuando estamos llenos de los atributos del Padre, entonces conectamos al cielo y a su voluntad.
Conectar con la voluntad de Dios es la mejor posición, porque podemos clamar conforme a lo que hay en su corazón. En esta posición, conectamos con lo que hay en Dios, y nos alineamos de acuerdo al cielo. Esta es la posición que Dios quiere, porque es en este nivel donde tú le crees a Dios a pesar de lo que ven tus ojos naturales. Es una oposición donde lo que ven tus ojos naturales no te empaña lo que ven tus ojos espirituales. Por difícil que parezca lo que ven tus ojos naturales; no empaña lo que puedes ver en el espíritu, porque tú estás alineado al cielo, y el cielo gobierna la tierra.
Es una posición de fe. Para alcanzar esta posición de fe, de recibir y ver en espíritu lo que luego vendrá, y tener la certeza de que vendrá; tenemos que pasar tiempo ante Dios. Esto requiere de tiempo y sacrificio. Ana clamó por largos tiempos. El tiempo antes Dios te trabaja, te libera, te purifica y te despoja de aquello que te separa de Él, y que por ende, impide la manifestación de su gloria.
1 Samuel 1:15
Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.
Esto fue lo que hizo Ana. Ella derramó su alma delante de Jehová (Ana rindió sus emociones, sus sentimientos, sus deseos y su voluntad), ella le entregó todo a Dios. Esta mujer, cuando entró en la presencia del Padre le entregó todo, no se quedó con nada. Su espíritu clamó de acuerdo a Dios, ella no clamó de acuerdo a su alma, porque la había derramado ante Él. Sino, clamó su espíritu, que fue alineado a Dios.
Hay algo en el cielo que Dios tiene para la tierra (para su pueblo) , que es revelado y que viene a la tierra a través de aquellos que rinden su voluntad y son alineados al corazón de Dios. Son muchas las bendiciones que Dios tiene para sus hijos, para aquellos que viven alineados, conectados y rendidos a Él.
Dios te bendiga, Dios te guarde pueblo amado del Señor.
Que Dios bendiga grandemente a cada uno de ustedes, en el nombre de Jesús.
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