El Señor es mi Pastor, nada me falta

 

Salmos 23.


Siendo Dios nuestro Pastor, nada nos faltará, porque el Padre nos va a conducir por caminos rectos y seguros, y a lugares de bien. El nunca nos conducirá por caminos de mal ni nos llevará al fracaso, sino que nos guiará al descanso y al reposo de su presencia.

Salmos 23:1-3

El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre.

Tenemos que creer estas palabras y abrazarlas, no podemos caminar por el mundo como ovejas sin Pastor, teniendo un Dios tan poderoso que nos guía y nos conduce por caminos rectos y seguros. Tenemos que hacerlas nuestra estas palabras y declararlas, para disfrutar esa dimensión de gloria que disfrutó David.


Las ovejas dependen de la protección y el cuidado de su Pastor, es a ese nivel de dependencia que tenemos que llegar nosotros, depender por completo de Dios y dejarnos conducir y guiar por Él. Porque para disfrutar del descanso y de todas las bendiciones que tiene El Padre para nosotros, tenemos que confiar plenamente en Él.

Salmos 23:4

Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza.

Cuando entramos en esa dependencia del Padre Ningún proceso o peligro nos atemoriza, porque sabemos que no estamos solos, sabemos que Dios está con nosotros y que se encargará de cualquier cosa que se nos presente.


Aunque estemos pasando por procesos o por dificultad , tenemos que confiar en Dios, no dejarnos intimidar ni atemorizar por nada, sino mantenernos enfocados en  Él que está con nosotros. Y dejarnos guiar y direccionar por Él como lo hacía David, para que nos vaya bien, porque Él es nuestro pastor y nos llevará por lugares de bien.

Salmos 23:5

Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar.

Creerle a Dios y depender de Él es lo mejor que le puede pasar a cualquier ser humano, porque cuando esto pasa, Dios se manifiesta en su vida de manera poderosa. El Padre lo levanta y ensalza, Dios lo engrandece delante de aquellos que no creen, porque en Él ha confiado y esperado. 

Es la recompensa de entender que tenemos un Pastor, de depender de Él y de dejarse guiar por Él, porque Dios como pastor defiende sus ovejas de todo lo que venga contra ellas, y las pone en alto, por cuanto en Él han confiado.


Salmos 23:6

Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré.

Cuando dependemos de Dios y nos dejamos guiar y dirigir de Él, siempre será visible en nuestras vidas su amor y su bondad, porque Él nos conduce a aguas tranquilas y en verdes praderas nos hace descansar. 

El Padre nos da nuevas fuerzas, y nos conduce por caminos rectos y seguros. Esa es la bondad que siempre nos acompaña, a lo largo de nuestras vidas, la bondad del Padre; por eso debemos anhelar vivir en la casa de Dios por siempre como el salmista, para disfrutar la plenitud de su gloria.

Nada nos faltará, ni tenemos que temer al peligro, porque Dios está con nosotros y mientras nos conduce nos fortalece en el  camino.

Dios te bendiga y te guarde pueblo amado del Señor.





 


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