La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento

 


La paz de Dios y como entrar en ella


En estos tiempos tan difíciles que estamos viviendo necesitamos cultivar nuestra relación con Dios para entrar en esa paz que solo el Padre nos da, porque no hay otra forma de tener paz a menos que sea en comunión con Él. Con las dificultades de vida y los afanes del sistema que hoy nos arropan es imposible, porque el sistema nos presiona cada vez más a vivir una vida en agonía y fuera totalmente de lo que es la paz de Dios, por esto tenemos que buscar esa paz que solo el Padre Celestial nos da.


Dice Dios en su palabra, en Isaías 26:3, que Dios guardará en completa paz a todo aquel cuyo pensamientos en Él perseveran, porque en Él han confiado.


Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

Isaías 26:3


Aquí hay dos palabras que tenemos resaltar: que son los pensamientos y la confianza en Dios.

Los pensamientos: Nuestros pensamientos deben estar en Dios, para que Él nos guarde en completa paz. Tenemos que ordenar nuestros pensamientos, porque los mismos no pueden estar vagando por ahí ocupados en  que María estaba lavando y se le acabó el jabón, no deben estar ocupados en cosas vanas, sino perseverar en Dios.


Pero es que para que esto suceda hay otra cosa que debemos tener; debemos confiar en Dios, porque si no confiamos no vamos a poder conectar los pensamientos a Él, porque cuando confías en Dios todo se lo entregas a Él y depende de Él, y por ende, vives en conexión con El.


Es en completa paz que el Padre guarda a aquel cuyos pensamientos perseveran en Él, pero si nuestros pensamientos andan envueltos en asuntos ajenos a las cosas de Dios, entonces vamos a tener una vida en completa agonía y desesperación, porque un pensamiento conectado al reino de Dios produce paz, pero si está conectado al mundo y a todo lo natural, produce todo lo contrario, produce desaliento y desesperanza.


Es por eso que tenemos que trabajar estos dos puntos: activar nuestra relación con Dios para que nuestros pensamientos sean ministrados por Él y permanezcan en Él, y de este modo la presión del sistema y del mundo no nos pueda sacar y llevarnos al desaliento a través de los pensamientos.




Si logramos incrementar nuestra relación Dios y que nuestros pensamientos sean ministrados por Él, nuestra confianza en Dios irá en aumento, porque a medida que nos relacionamos más con el Padre; aumenta nuestra fe, aprendemos a depender de Él, y a  sometemos a su voluntad, y esto  trae como consecuencia a nuestras vidas abundante paz.


Pero esto no es un trabajo de un día, sino de todos los días, porque satanás no quiere que tus pensamientos perseveren en Dios, él no quiere que tu tenga paz, su trabajo es desalentar y desanimarte para que te sientas sin esperanza, y todo esto lo hace a través de tus pensamientos. El ministra tus pensamientos, pone en ti cosas negativas para sacarte de todo lo que es de Dios, y así desesperarte y quitarte la paz que solo Dios te da.


Pero si tu te mantienes buscando a Dios, y aprendiendo de Él, para que tu relación con tu Padre Celestial sea cada día mas efectiva,  por más que el enemigo intente tomar tu mente para llevarte por su camino, no podrá porque tus pensamientos están en Dios, y tu mente está por completo ocupada en Él.


Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Filipenses 4:7


Ya ves, la paz de Dios sobrepasa todo entendimiento. Nadie podrá entender porque tú permaneces tranquilo aun cuando el mundo está de mal en peor. Nadie puede comprender, porque tú permaneces de pies mientras otros hace rato que cayeron, pero es que tus pensamientos perseveran en Dios, y por tanto has recibido la paz de Él, la cual guarda tu corazón y tus pensamientos en Cristo Jesús.


Mientras tu corazón y tus pensamientos están guardados en Dios, nada te podrá quitar tu paz, por más que el ladrón te la quiera robar, no lo lograra, porque tus pensamientos y tu corazón están en Dios, y lo que está en Dios nadie lo puede tocar.


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